lunes, 7 de marzo de 2011

El conjunto de Markolino sí tiene sabor (y brujería)

Este es el tipo de disco que demuestra por dónde cojea el dueño de este blog. Me parece una de las producciones más auténticas y más representativas de esa salsa subterránea, expansiva, libre, que manaba a borbotones por el Nueva York de comienzos de los años 70 y corría, discreta, de forma paralela a esa fastuosidad que fue repetida una y otra vez por otros artistas que estaban en primera fila. Además, es la primera entrega (de solo tres) que produjo ese genial y desgraciado pianista estadounidense que fue Mark Dimond -Markolino para los panas-, un mastodonte musical del que nunca se pudo conocer todo lo que habría sido capaz de dar.
Estoy hablando, por supuesto, de Brujería.
  Mark Dimond toca, Johnny Pacheco escucha                                                   (Foto: Bonny)


                                                                     Esta reunión de siete composiciones escritas y arregladas por Dimond, lanzada hace 40 años, fue el resultado de una conjunción de eventos que empezaron a desarrollarse en 1968, cuando él se hace pianista regular de la orquesta de Willie Colón, sorprendiendo (apenas tenía 18 años) por su virtuosismo a la hora de cincelar las teclas y elaborar unos arreglos muy complejos y con swing. Era el tipo de músico autodidacta capaz de arreglar un tema mientras estaba en el metro camino del estudio de grabación; capaz de soltar un solo de piano de tres minutos y hacerte creer que lo que escuchabas era una bandada de pájaros volando libremente entre los acordes de un bosque.
Su trabajo con Colón dio unos frutos interesantes, tal y como se ve en las melodías que soltó en los discos The HustlerGuisando (doing a job). Willie estaba encantado con las manos de este hombre, pero cuando cambiaron de mánager y contrataron a Richie Bonilla, este dijo que no iba a tolerar adictos a las drogas dentro del conjunto.
Y Mark tenía un serio problema con la heroína.
En las notas de la primera edición de este disco, Larry Harlow confiesa que la primera vez que le escuchó tocar supo que algún día tendría su propia orquesta, y que estaba muy orgulloso de poder presentar este trabajo, en el que aparecían como tutores Harvey Averne como productor ejecutivo y el propio Larry y Johnny Pacheco en la dirección de la grabación. A pesar de sus turbulencias personales -que no cesaron-, Dimond había conseguido a los 21 años cumplir el sueño de su vida: grabar un álbum.

El disco, que asume perfectamente el sonido que se estaba gestando en la ciudad con la nueva década al sumar en los metales dos trombones y una trompeta, empieza con Brujería: una pieza aletargada que poco a poco va in crescendo, mostrando las potencialidades del arreglo y la sofisticación de un estupendo solo de trompeta de Danny Reyes, que martilla sin piedad el montuno por el canal derecho, mientras los dos trombones de Richie Montañez y John fudgy Torres caminan a su lado, en el izquierdo, haciéndole comparsa; las voces de Ismael Quintana y Justo Betancourt aparecen en el coro con el resto de la orquesta. Un grave error: el solo de Dimond fue extirpado burdamente de la mezcla final -se nota perfectamente el corte- y no queda -que sepa- una copia de los originales, por lo que estará unicamente en la memoria de quienes participaron en la sesión.
El desquite aparece en el siguiente tema, Irmita, un son montuno lento, con un solo de Markolino -uno de los mas contundentes de toda la salsa- acompañado exclusivamente por los bongós, las congas, las maracas y el bajo, que empieza haciendo honores al soneo típico cubano para luego cambiar de tercio y subir como un cohete con unas articulaciones sonoras capaces de desconcertar al resto de los integrantes del conjunto. En Aguardiente la descarga se mete en los territorios vecinos del jazz, con otro solo de Dimond que juega entre lo clásico y lo moderno, sobrevolando el montuno y demostrando la versatilidad de su interpretación.
Tiene sabor es la canción-presentación de Mark Dimond y su conjunto Sabor, tan a la usanza en aquellos tiempos, con otro solo de Markolino, casi lírico, una intervención de Montañez que demuestra la ferocidad de los arreglos en los vientos, un solo de bajo de Andy González que casi se pasea por los predios del blues y unas pailas enigmáticas, pues los créditos no fueron incluidos en la contra carátula.
Mariquita -sin connotaciones homófobas- sorprende por la cadencia del son montuno, la longitud del tema, otro solo más de Markolino -largo, espeso, casi palmieriano, con silencios y mucho juego malabarista en las notas altas del teclado-, y la trompeta de Reyes, que vuelve a enhebrar los sonidos más elevados hasta lograr que el instrumento casi silbe. Yo no tengo pena es un lentísimo son montuno que contiene el típico canto misógino a la mujer ingrata que dominó buena parte de la escena machista salsosa -y no salsosa-, y alberga otro solo de Dimond, muy elegante en esta ocasión. Y el último tema, El barrio, tiene como sensación sonora esa atmósfera de vida a la que se enfrentaban los habitantes del bajo Bronx: la guapería como reafirmación ante ese permanente sentimiento de no pertenencia tan propio del gueto

Que yo le voy a contar el cuento
del sabio del barrio
Fui un día que yo lo vi
cantando en un bembé

Yo soy del barrio, mi socio
aquí te lo dejo saber
el hombre que está aquí en algo
ése soy yo

Yo soy del barrio, mi socio
yo soy

Este álbum, remasterizado y relanzado por Codigo Music recientemente, tiene una sola advertencia: aquellas personas que no estén acostumbradas a escuchar salsa les podrá sonar agresivo y tosco. Sí, porque es así. Porque la expresión subterránea no se ponía condiciones y era plasmada tal cual se sentía. Si a la tercera o cuarta escucha no se abre como una flor, ofreciendo todos los matices que lo hacen indispensable, entonces es que no estás hecho para escuchar expresiones tan auténticas.
No pasa nada.

Dejo para el final al intérprete del disco: el puertorriqueño Angel Canales. Denostado por César Miguel Rondón, este cantante no es santo de mi devoción, pero debo reconocer que su fraseo -un poco limitado- no hace sombra a esa música fantástica que le acompaña en el álbum. Canales supo, sin embargo, sacarle provecho a las potencialidades de la banda: una vez que Mark Dimond volvió a caer en los excesos de su vida, el grupo decidió reunirse alrededor del cantante, que se fue haciendo de un buen grupo de seguidores. Al punto que este disco fue relanzado en 1977 por Fania con otro nombre y portada, obviando absolutamente a Dimond de los créditos. Así se manejaban las cosas en la industria.
Cuatro años después de esta presentación en sociedad, y luego de dar algunos tumbos por el mundo musical acompañando a la orquesta Dicupé, y tocando en el lanzamiento como solistas de Ismael Quintana y de Héctor Lavoe, Dimond se embarcó en un proyecto increíble que terminó materializándose en uno de los mejores discos de toda la expresión salsera.
Pero esto será material para otro post.

Me van a disculpar la fotografía, que es sacada del reverso del disco, 
pero no ha habido forma ni manera de encontrar una imagen decente de Markolino en internet.

13 comentarios :

  1. Gracias por darme a conocer a Markolino Dimond,sus solos son de un talentoso pianista , lastima su final tan joven. Ya baje y oi los dos discos...Lei por ahi que Ismael Miranda fue quien se lo presento a Harlow..

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  2. No sé si eso sea cierto, porque es más probable de que haya sido Pacheco quien lo metió dentro de la orquesta de Willie Colón en 1968. O el mismo Willie. A veces incluso me pregunto si no habrá sido Markolino quien metió a Lavoe en el círculo de la heroína... o al revés.
    De todas formas, el mundillo musical allí estaría muy conectado, a pesar de las rivalidades de ciertas bandas y ciertos egos, como ocurría entre los titos y entre Eddie Palmieri y Ray Barretto. Así que también es verosímil que Ismael se lo haya presentado a Larry.
    Quintana siempre se ha caracterizado por haber hecho buenas amistades con muchísimos músicos en Nueva York. Le entrevisté una vez en 1993 y me pareció una persona muy sensata y muy sencilla, nada de egos. Y esa sensatez debe haberle ayudado a estar con Palmieri durante tantos años, y repetir con él si es necesario. Es que Palmieri tiene un motor pegado al culo, porque no para. :)

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    1. No creo que sea apropiado especular si Markolino introdujo a Hector al vicio de la heroína; el ambiente musical en los '70 y aun hoy dia es el de excesos, ya sea mujeres, alcohol y drogas. Un par de personas en el ambiente musical me han comentado que la presion de alcanzar cierto nivel y luego de permanecer en dicho sitio es mucha, y ademas el aislamiento social es tremendo, ya que al llegar a dicho sitio, otras personas se aproximan no para contribuir artisticamente o personalmente, pero con el fin de obtener un tipo de beneficio personal.

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  3. Markolino para mi uno de los mejores pianistas de la salsa de todos los tiempos, R.I.P.

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  4. Nunca he tenido la oportunidad de escuchar un disco completo de Mark Dimond. Sólo lo he escuchado en las interpretaciones de las grabaciones de Willie Colón y apenas dos canciones del disco que hizo junto a Frankie Dante. Qué lástima que el y otros tan buenos cantantes y músicos hayan caído en las garras de las malditas drogas, que en paz descanse.

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  5. Leyendo el articulo escuchaba "Tiene Sabor" y "te están buscando" de Willie Colon con piano de Markolino.

    Nunca había caído en cuenta de la gran similitud en el sonido de "brujería" y los dos o tres primeros Lps de Willie Colon y Hector Lavoe. Creo que la influencia de Markolino Dimond en esa Gran Orquesta de "El Malo" era mucho mayor de lo que uno llegó a imaginar

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  6. Yo tuve en un tiempo los discos en vinyl donde tocaba Markolino incluyendo 3 con Willie Colon y "Brujeria".Markolino Tambien toco con Frankie Dante despues del album "La Flamboyan se viste de gala".Markolino a mi parecer estubo bien sumerjido en la musica de Jazz y la musica cubana,se puede apreciar en sus guajeos de piano en la cancion "Guajiron"con la orquesta de Willie Colon.Como quiera Markolino dejo un gran legado del SON en la ciudad de New York.R.I.P

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  7. Acabo de adquirir la edición limitada de este disco monstruoso...sin lugar a dudas, uno de los 5 mejores de la historia de la salsa...simplemente descomunal...

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  8. Si claro, Bethoven´s V. Maravilla !!!
    Gracias.

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  9. Que hay de cierto que Markolino fue uno de los primeros pianistas de la FANIA ALL STARS. Saludos desde el Callao

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  10. Seguimos esperando pacientemente el post del Beethoven's V

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