lunes, 4 de abril de 2011

Agúzate, que te están velando

A ·Ricardo Ray· y a ·Bobby Cruz· les conozco lo justo. Para ser sincero, hay algo en la forma de arreglar y afinar las trompetas de su orquesta que siempre me ha generado un poco de desdén. Me dan un poco igual. Es como si sonaran a banda de pueblo antigua, o a mariachi, pero sin la contundencia en el fraseo de este género mexicano. Porque esa afinación no parece de trompeta de sonora: de hecho, junto con los coros suena como a Ray, pero Ray Conniff gone latin... (¿será por eso mi rechazo?). Además, junto con el soberano piano de Ricardo -que estudió para concertista- y el vozarrón de Bobby, estos dos metales son el sello de la orquesta.
Como sea, no me he preocupado demasiado por coleccionar sus discos más allá de los que son clásicos, y no era plan mostrar a Ray y a Cruz hoy, aquí, con el lugarcomún Jala Jala y Boogaloo (de 1967), o el Volume 2 (de 1968). Habría sido demasiado cliché.
Bobby y Ricardo, cuando vivían en Nueva York
Me puse entonces a leer en internet algunas reseñas sobre sus mejores producciones, buscando inspiración, y casi todas coincidían en preferir El bestial sonido de Ricardo Ray (de 1971) que, aunque abre con una canción que es fundamental para la expresión salsera, como álbum no me inspira. Está muy sobrevalorado y contiene algunos temas con arreglos tan cursis que no entiendo cómo Johnny Pacheco no les dijo en su momento: óyeme, Richie, que esto a mí me suena a Ray Conniff...
A eso súmale el renacimiento de ambos como evangélicos en 1975 y los disparates que grabaron posteriormente en esa onda llamada salsa cristiana.
Pero no vayan a pensar, por favor, que los tipos me caen mal, porque en realidad me parecen unas personas estupendas, que fueron víctimas de la fama y sus vicios, como muchos, pero lograron salir de ese asunto, como pocos, y viven ahora con tranquilidad y sin haber perdido sus raíces ni la estima del público.
De hecho, son particularmente adorados en Colombia y muchas de sus canciones saludan a diversas ciudades latinoamericanas con mucho cariño.

Nada. De repente recordé la canción Agúzate y me puse a buscar el disco donde salía (de 1970). No lo encontré; no lo tengo. Y como no lo tengo llevo dos días haciendo un intensivo a través de Spotify para escucharlo con detenimiento. La producción está bien, se nota la mano de Miguel Estivill -que decidió terminar varias de las canciones con el viejo truco del fade out, incluso cuando estaban aún sonando algunos solos- y el buen oído de Fred Weinberg -uno de los mejores ingenieros de sonido de la ciudad-. Tiene sus toques extraños como Soul and Inspiration, You've Lost That Looving Feeling (pavosa y gafe donde las haya) y My Way, que es una canción tan mediocre que no hay forma ni manera de que alguien la cante bien.
Pero también están Amparo Arrebato, inspirada en una famosa bailarina caleña que vivía en NYC, Amparo Ramos, que es muy sabrosa (a pesar de las trompetas), Vive feliz, una canción-desplante; Traigo de todo, que va en la misma nota jalajalacera que Ray y Cruz llevaban a cuestas desde que grabaran para Discos Fonseca: esa música malandra con mucho de calle, de gueto neoyorkino, de doble sentido (lo que hace falta en esta fiesta es un poco de coca cola, dice Bobby en el montuno); y Guaguancó raro, que es un tema que transmite lo suyo, con una letra divertida, referencias a la santería y un montuno que tiene mucho sabor.
No obstante, el número que define la grabación es Agúzate, una radiografía de la vida artística y su relación con las mafias que controlaban parte de la industria de la noche en Nueva York, y que acoge un solo exquisito de piano de Ricardo y una portentosa participación en los timbales de Mike Collazo:

Siento una voz que me dice: agúzate, que te están velando
Siento una voz que me dice: agáchate, que te están tirando.

Y yo pasaría de tonto si no supiera
que uno tiene que estar mosca por donde quiera.
Y es por eso que yo digo de esta manera
que este individuo no sabe en qué se metió.

Converso evangélico pocos años después -y ahora pastor de iglesia retirado-, Bobby Cruz no ha querido dar a conocer los detalles de esa escena, y en una entrevista que le hicieran en Cali en 2003 zanjaba el asunto con un hay cosas detrás del tema Agúzate que con todo tu respeto no deseo compartir. Son cosas del viejo hombre, de las cuales no quiero tener memoria. Pero puedes imaginarte al escuchar la hostilidad de la letra. Ricardo, más dicharachero, ha restado importancia al issue, pero lo ha explicado con detalle.
Según él, Morris Levy, amo y señor de la jazzística Roulette y la latina Tico Records (cuando compró la parte que le correspondía a George Goldner, que estaba hasta las orejas de deudas de juego), así como reciente adquisidor de Alegre Records (que Al Santiago ya había vendido en 1966 a Branston Music), era un mafioso de cuidado con una fama en la industria del tamaño del Empire State. Cuando Ray firma con Alegre, Bobby estuvo primero haciéndose el loco, confiado en que con el éxito creciente de la orquesta conseguiría una mejor oferta. Como respuesta Mo Levy le dijo, así de lo más sutil: o firmas o te lleno la boca de concreto y te tiro al fondo del río con una bala en la cabeza.
Ante ese amable exhorto firmó el contrato de inmediato. Qué más.

Pero igual no les pagaban lo establecido y cuando reclamaban el otro respondía exigiendo una comisión por los bailes que tuviesen. Para que se den una idea del personaje que era Levy, uno de los caracteres secundarios de la serie Los Soprano, Hesh Rabkin, está inspirado en él.
Cruz hizo saber a todo el que le escuchase que tenía contactos en los bajos fondos, y que si a él le ocurría algo el tipo y su familia iban a pasar hambre toda su vida. En esos tiempos, Bobby andaba siempre armado -Ray dixit-, lo cual daba a entender la paranoia en la que vivía. Igual, al poco tiempo de sacar este disco, en un acto de precaución, quemaron naves y se mudaron a Puerto Rico a ver si la cosa se enfriaba un poco.
Otro motivo menos apasionante que esta historia es la certeza de que Nueva York estaba ya pariendo demasiadas orquestas, el boom de la salsa estaba próximo a empezar y la competencia se tornaba por momentos demasiado dura. En la isla todo sería más fácil, fue lo que pensaron.
El disco fue un éxito de ventas, muestra la salida paulatina de Ray y Cruz de los estilos que dominaban su repertorio, ahora en temprana decadencia, mientras se amoldaban -con mayor o menor éxito- a las nuevas pautas que marcarían la música latina de los años 70.

Después de publicado el post es que me doy cuenta de que el titular puede ser un poco ilegible. Aquí les va la traducción a un español neutro
estate atento, que hay gente que te está vigilando para hacerte una maldad.

12 comentarios :

  1. me recomendaron el blog me dijeron es un gallego pero es un fenomeno lo busque y ahora puedo afirmar q gallego o chino es lo mejor q he leido sobre salsa en mucho tiempo no solo en la red si no en cualquier medio,felicitaciones xoan

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  2. Excelente, te felicito Es la idea, que todos nos avoquemos a caminar por la vía que nos gusta, para beneficio de la SALSAAAA.


    ANGEL MÉNDEZ (SWING LATINO)

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  3. Te lo dije una vez y te lo vuelvo a repetir, Angel:
    un honor recibir de tu parte estos comentarios. :)

    Un abrazo cordial.

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  4. xoan me gustaria saber q posibilidades hay de q le dediques uno de esos magnificos comentarios al disco el sueño del maestro de rafael cortijo,dandote las gracias de antemano tu ferviente seguidor

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  5. Angel: pongo al maestro Cortijo en la lista de futuros posts. Seguramente hable de ese disco este mismo mes. Saludos y gracias por el mensaje. :)

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  6. Ricardo Ray... Ray Conniff??? Vamos... No puede ser. Uno era dios, otro es música de ascensor o sala de espera de consultorio odontológico.

    Ray Maldonado, Pedro Rafael Chaparro, Adolphus “Doc” Chetaham. ¿No te gusta el sonido de sus trompetas?

    Sé que cuando te hablan mal de tus dioses (los mios), te hieren en el corazón. Pero está bien, reconozcamos que tienen dos o tres cositas cursis y otras algo malas cuando se metieron a pastores cristianos.
    Pero las producciones realizadas durante los 10 o 11 años antes de que fueran abducidos por los “Aleluyas” son de lo mejor que se ha hecho en nuestra música. Vuelve a escucharlos y te darás cuenta porque son “Los Durísimos”, no te arrepentirás.
    P.S Que buen blog, nos hace falta gente como tú.

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  7. No, si no les quito sus cosas buenas. Apenas hablé de un disco, no de toda su carrera. Lo que no quiero hacer con este blog es caer en lo mismo que suele caer la gente: decir maravillas de su música favorita y no reconocer que, a veces, eso ídolos metían la pata o mostraban algunas de sus carencias.
    Una de las cosas que noto de la pareja Ricardo y Roberto es que tienen buenas canciones, pero los discos como concepto LP tienen muchos altibajos. Todos.
    Nada personal, es solo la visión que tengo de cada una de estas producciones.
    Espero que sigas disfrutando del blog.

    ...y no, Ricardo Ray no es Dios; Palmieri tampoco lo es y es mucho mejor que Richie, ¿o no? :)

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  8. Creo que somos los dos únicos en el mundo que tratan de poner paños fríos a tanta euforia por Ray y Cruz. Escuchar sus discos es como estar en una montaña rusa de poblado rural: hay momentos vertiginosos, otros pausados y sabes que no te puede ofrecer más. Como bien dices, su éxito se basa en chispazos extraordinarios, sí, pero son chispazos. Ray es un genio del piano, pero no sé por qué nunca se atrevió a experimentar nuevas sonoridades. Todos sus discos me suenan igual y eso me deja impávido. Tanto que el disco que más me gusta de ellos y que lo siento más homogéneo es el de "Las Águilas", y hasta el discurso evangélico me suena acorde y bien colocado. Es quizás el único disco donde el mensaje religioso está supeditado a la cadencia, dureza y rapidez de la música. Si así me predicaran, pues me convierto inmediatamente.
    saludos
    Víctor Paredes
    Lima-Perú
    P.D. Y el que se acerca a la ida de Dios, es Charlie Palmieri.

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  9. Saludos, desgraciadamente no puedo competir con vosotros en conocimientos ni en escuchas (me queda mucho aun, y no tengo los medios). Como vengo manteniendo en algunas opiniones en otros espacios, soy de la opinión que muchos discos de salsa son muy irregulares y mal ensamblados como lps completos, y que a veces la calidad musical es baja. También estoy siempre de acuerdo contigo Juan (Xoan muy gallego!) en sacar los puntos débiles a la salsa (machismo, poca minuciosidad en producciones, malas portadas...), y en el sonido Ricardo y Ray a veces estridente, kitsch mixturado y desconcertante (a pesar del piano concertista).

    Gracias.

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    Respuestas
    1. Bastante de acuerdo contigo, Eduardo. Una gran parte de los discos publicados en los 60 y los 70 fueron de baja calidad, muy poco conceptuales y, en ocasiones, bastante mediocres. Pero eran también tiempos donde no existía la profesionalización e industrialización de la música que comenzó a verse de finales de los 70. Se nota que hay talento pero no se sabe cómo encauzarlo. Si te fijas, de toda la explosión salsera solo un puñado de músicos tenía claras las posibilidades que el fenómeno podía dar. Te estoy hablando de Eddie Palmieri, de Ray Barretto, de Celia Cruz, de Willie Colón, de Rubén Blades. fuera de ellos, se cuentan con una mano los que trascendieron los 70, los que siguieron lanzando discos, los que siguieron llenando conciertos. El resto de los músicos, esas figuras que "vibraron" en los 70, no superó la decadencia de la salsa y pasó al olvido... hasta hoy, que gracias a los nostálgicos vuelven a dar conciertos, aunque cantando lo mismo que en los 70.
      Saludos!

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  10. Una pregunta, no sería que Ricardo Ray de resistía al uso del trombón como Palmieri parara diferenciarse de él y los otros que abrazaron este instrumento, confiriéndole a las trompetas ese protagonismo que todos conocemos?

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