A Máximo Peña
El que viene a continuación es uno de los discos más honestos de toda la expresión salsera neoyorquina. Fue grabado por una banda muy peculiar llamada La Conspiración, que no llegó a brillar como otras con las que competía a pesar de que tenía un estilo que, 40 años después, sigue resultando fresco y aguerrido. Potente. Un conjunto que contaba, además, con una sonoridad indudablemente salsera a pesar de carecer de trombones: de marcar ese sonido de barrio se encargaban un par de trompetas arregladas de forma casi abrasiva. El álbum se llama Ernie's Conspiracy y fue publicado en 1972 por Vaya Records (filial de Fania), un sello que había sido creado el año anterior para albergar allí nuevas bandas y experimentaciones sonoras.
La Conspiración ya había publicado en 1971 un disco breve, con muchas limitaciones sonoras e interpretativas, aunque con un acento político muy marcado. Las influencias melódicas provenían de Willie Colón, que fue el productor de sus primeros álbumes y ayudó a Ernesto ernie Agosto, su líder, a pulir ese sabor a barrio-barrio que poseía la orquesta. Sin embargo, la temática marcaba una gran diferencia con esas típicas canciones que solo invitan a bailar: La Conspiración (su nombre ya nos da una idea de por dónde van los tiros) bebía de las influencias de los Young Lords, de la negritud y del reclamo de derechos a las minorías.
Entre 1971 y 1972 La Conspiración sufría una pequeña división: salían de la banda Marty Galagarza (que fundó La Conquistadora, una orquesta que pasó sin pena ni gloria por la escena neoyorquina), Gilberto Rodríguez y Papo Sierra. Reorganizada de nuevo, en esta grabación participaron Ernesto Agosto como primera trompeta (la que suena en el canal izquierdo), George Gentile en la segunda trompeta, Nelson Sánchez en el piano, Benito Gómez en los timbales, Israel sabú Martínez (no confundir con Louis) en los bongós, Willie Cintron dándolo todo en el bajo, Gene Golden en las congas, Miguelito Quintana como solista y Adalberto Santiago, Justo Betancourt y Willie Colón en los coros.
Aunque menos político que la producción anterior, Ernie's Conspiracy reúne algunas características que lo hacen imprescindible. La primera de ellas es la temática: sin olvidar en ningún momento que un disco solo es exitoso si pone a la gente a bailar, la calle está muy presente. Y la calle para un nuyorican no es que sea precisamente un campo de flores: se habla de Vietnam, de adicciones, de desamores y celos, del orgullo ante la opresión del gueto. Otra característica es la apuesta sonora, ajena en lo posible a cualquier sofisticación. Y luego está esa visión romántica y bucólica de lo rural, de ese campo que fue dejado atrás cuando migraron a la ciudad. Sin olvidar, por supuesto, el acento a espanglish de la grabación. Si se fijan bien, hay errores de sintaxis y concordancia cuando se expresan en español: la influencia del inglés es imposible de esquivar y ellos, en el disco, no hacen más que plasmar la realidad que viven.
Así hablaban.
El álbum arranca con Magdalena, un viejo tema popularizado por el gran Beny Moré en 1952 y reinterpretado en tantas ocasiones que la cuenta podría perderse de vista. Esta versión, sin embargo, corre con suerte pues supera con creces a casi todas sus antecesoras: tiene un tempo más lento, pasajes con fuerte aroma brasileño y una propuesta con mucho arraigo salsero. Quintana aquí se lanza un soneo maravilloso y el montuno demuestra la favorable evolución artística de la banda, más compacta, mejor orquestada. Con kilometraje:
Es una canción que merece estar entre las mejores grabaciones de la expresión.
Otro tema también cantado previamente por Beny Moré viene a continuación, La culebra, un son montuno rural, un clásico cubano, con un más que aceptable solo de Nelson Sánchez en el que deja entrever esas influencias palmierianas que tenían casi todos los pianistas veinteañeros de la ciudad.
A partir de aquí, el resto de los temas del álbum fueron compuestos por Agosto y Sánchez y melódicamente son muy buenos. Se acaba el mundo es una peculiar y variopinta crítica a la guerra de Vietnam, la infancia abandonada y esa sensación de fin de la historia que parece surgir cada cierto tiempo en la civilización occidental. Más adelante está El negrito, con ese sincretismo que acoge sin problemas a la santería, los nunca bien ponderados antecedentes africanos más esa ruralidad antes descrita que bien puede servir como telón de fondo.
Y es entonces cuando suena la canción más importante de todo el álbum, un soberbio guaguancó llamado S.E.R.A. con una progresión melódica muy atrayente y un arreglo que permite al piano subir y bajar en la escala musical con mucha suavidad. Vamos, un hitazo:
S.E.R.A. son las siglas del Services for Education & Rehabilitation in Addiction, una organización no gubernamental fundada por Frank García en 1969 para echarle una mano al creciente número de adictos a la heroína en Nueva York, víctimas de excesos de los 60 y los estragos de Vietnam. De esos enganchados, un alto porcentaje eran puertorriqueños. No olviden que para esas fechas había una segregación importante en la ciudad y el simple hecho de ser boricua significaba un portazo en la cara y quedarte sin atención médica. No olviden, además, que un adicto era tratado como un criminal y no como un enfermo; que las condiciones del gueto favorecían el enganche a la manteca y eran pocas las salidas para esas personas en problemas. Y no hablamos aquí de los consumidores recreativos de drogas, sino de aquellos colgados a la picada diaria y al robo menudo para poder generar más dosis de esa miseria.
La importancia de la canción, a pesar de su letra tan elemental, reside justamente en eso: en dar apoyo y publicidad a esta iniciativa pionera, que demostraba que la única forma que tenían los boricuas de recibir ayuda era proporcionándola ellos mismos. Ante la pregunta que plantea el coro durante el montuno, aquí la respuesta: sí, la idea fue y sigue siendo positiva. El S.E.R.A. pasó a llamarse Promesa en 1977 y hoy en día forma parte del Acacia Network, una de las organizaciones de ayuda más importantes para los latinos (y no latinos) de Nueva York.
Sangre son colorá es un son montuno que denuncia, a su manera, el racismo y la sensación permanente que tenían los boricuas de ser ciudadanos de segunda, con quejas como a tu servicio estaba sin tener poder, no pude ni hablar, de milagro que me dejan votar. Te pedimos déjanos en paz. La sangre se entiende como el verdadero vínculo de las personas. Gracias a ella todos somos iguales.
Fracaso es la historia -algo mediocre- de la muerte de un ser querido, aunque la letra, que habla de autoridades que cuidan a enfermos, puede prestarse a confusiones. Y como cierre del disco una guaracha, titulada Es tu vida, con ciertas directrices de superación personal, sin caer esas tonterías de la autoayuda. Una especie de búscate la vida que aquí nadie lo va a hacer por ti.
Ernie's Conspiracy fue la mejor producción de La Conspiración, y es una grabación que recomiendo ampliamente. Con el tiempo la orquesta volvería a sufrir nuevas divisiones y un cambio de rumbo hacia sonidos más típicos, y esto hizo diluir ese sello contestatario que la caracterizaba hasta convertirse en una banda más del montón. Su historia podría ser el arquetipo de casi todas las orquestas de salsa neoyorquinas, que tuvieron un buen comienzo pero luego no supieron crecer y amoldarse a las cada vez mayores exigencias de los bailadores. Una pena, de verdad, porque en su momento ofreció una de las propuestas más nítidas y potentes del sonido boricua de Nueva York.
Aclaremos las confusiones: en el Libro de la Salsa, César Miguel Rondón habla maravillas de esta orquesta y, sobre todo, del sonero Miguelito Quintana. Miguelito no solo era bastante mayor que el resto de integrantes de la orquesta -el apodo no es más que una divertida ironía-, sino que tenía un estilo bastante parecido al de Miguelito Cuní. Y por eso Rondón lo dio por cubano. Un cubano, además, que no venía con fama desde Cuba. De hecho, cuando comenzó a grabar con La Conspiración la gente del medio lo miró con suspicacia, porque, a los efectos de Nueva York, cantante cubano que no trajera fama de Cuba, pues no traía nada, escribió César Miguel. El detalle es que Miguelito no era cubano de Cuba, sino que había nacido en Tampa, Florida, hacia 1930 y era hijo -o nieto- de isleños que habían migrado a la región para trabajar en las enormes factorías de enrollado de tabaco que habían sido fundadas a finales del siglo XIX por el español Vicente Martínez Ybor.
El que viene a continuación es uno de los discos más honestos de toda la expresión salsera neoyorquina. Fue grabado por una banda muy peculiar llamada La Conspiración, que no llegó a brillar como otras con las que competía a pesar de que tenía un estilo que, 40 años después, sigue resultando fresco y aguerrido. Potente. Un conjunto que contaba, además, con una sonoridad indudablemente salsera a pesar de carecer de trombones: de marcar ese sonido de barrio se encargaban un par de trompetas arregladas de forma casi abrasiva. El álbum se llama Ernie's Conspiracy y fue publicado en 1972 por Vaya Records (filial de Fania), un sello que había sido creado el año anterior para albergar allí nuevas bandas y experimentaciones sonoras.
La Conspiración ya había publicado en 1971 un disco breve, con muchas limitaciones sonoras e interpretativas, aunque con un acento político muy marcado. Las influencias melódicas provenían de Willie Colón, que fue el productor de sus primeros álbumes y ayudó a Ernesto ernie Agosto, su líder, a pulir ese sabor a barrio-barrio que poseía la orquesta. Sin embargo, la temática marcaba una gran diferencia con esas típicas canciones que solo invitan a bailar: La Conspiración (su nombre ya nos da una idea de por dónde van los tiros) bebía de las influencias de los Young Lords, de la negritud y del reclamo de derechos a las minorías.
Entre 1971 y 1972 La Conspiración sufría una pequeña división: salían de la banda Marty Galagarza (que fundó La Conquistadora, una orquesta que pasó sin pena ni gloria por la escena neoyorquina), Gilberto Rodríguez y Papo Sierra. Reorganizada de nuevo, en esta grabación participaron Ernesto Agosto como primera trompeta (la que suena en el canal izquierdo), George Gentile en la segunda trompeta, Nelson Sánchez en el piano, Benito Gómez en los timbales, Israel sabú Martínez (no confundir con Louis) en los bongós, Willie Cintron dándolo todo en el bajo, Gene Golden en las congas, Miguelito Quintana como solista y Adalberto Santiago, Justo Betancourt y Willie Colón en los coros.
Aunque menos político que la producción anterior, Ernie's Conspiracy reúne algunas características que lo hacen imprescindible. La primera de ellas es la temática: sin olvidar en ningún momento que un disco solo es exitoso si pone a la gente a bailar, la calle está muy presente. Y la calle para un nuyorican no es que sea precisamente un campo de flores: se habla de Vietnam, de adicciones, de desamores y celos, del orgullo ante la opresión del gueto. Otra característica es la apuesta sonora, ajena en lo posible a cualquier sofisticación. Y luego está esa visión romántica y bucólica de lo rural, de ese campo que fue dejado atrás cuando migraron a la ciudad. Sin olvidar, por supuesto, el acento a espanglish de la grabación. Si se fijan bien, hay errores de sintaxis y concordancia cuando se expresan en español: la influencia del inglés es imposible de esquivar y ellos, en el disco, no hacen más que plasmar la realidad que viven.
Así hablaban.
El álbum arranca con Magdalena, un viejo tema popularizado por el gran Beny Moré en 1952 y reinterpretado en tantas ocasiones que la cuenta podría perderse de vista. Esta versión, sin embargo, corre con suerte pues supera con creces a casi todas sus antecesoras: tiene un tempo más lento, pasajes con fuerte aroma brasileño y una propuesta con mucho arraigo salsero. Quintana aquí se lanza un soneo maravilloso y el montuno demuestra la favorable evolución artística de la banda, más compacta, mejor orquestada. Con kilometraje:
Llorar como lloré
nadie debe llorar
amar como yo amé
nadie debe amar
Lloraba que daba pena
por amor a Magdalena
Y ella me abandonó disminuyendo
en mi jardín una linda flor
en mi jardín una linda flor
Magdalena, sin ti me muero, nena
Es una canción que merece estar entre las mejores grabaciones de la expresión.
Otro tema también cantado previamente por Beny Moré viene a continuación, La culebra, un son montuno rural, un clásico cubano, con un más que aceptable solo de Nelson Sánchez en el que deja entrever esas influencias palmierianas que tenían casi todos los pianistas veinteañeros de la ciudad.
A partir de aquí, el resto de los temas del álbum fueron compuestos por Agosto y Sánchez y melódicamente son muy buenos. Se acaba el mundo es una peculiar y variopinta crítica a la guerra de Vietnam, la infancia abandonada y esa sensación de fin de la historia que parece surgir cada cierto tiempo en la civilización occidental. Más adelante está El negrito, con ese sincretismo que acoge sin problemas a la santería, los nunca bien ponderados antecedentes africanos más esa ruralidad antes descrita que bien puede servir como telón de fondo.
Y es entonces cuando suena la canción más importante de todo el álbum, un soberbio guaguancó llamado S.E.R.A. con una progresión melódica muy atrayente y un arreglo que permite al piano subir y bajar en la escala musical con mucha suavidad. Vamos, un hitazo:
Llegó lo que tú esperabas
llegó lo que tú querías
Tú vivirás en la verdad
olvidando fantasías
tú vivirás en la verdad
olvidando fantasías
Eres payaso en el papel
del teatro de la vida
Llegó la oportunidad
sal de esa monotonía
Tú vida la llevas en cuadros
te pasas de esquina a esquina
Le llevas el radio a José
para vendérselo a Josefina
Tu gran manipulación
te controlada la avenida
Y en eso llegó Frank García
y te ha salvado la vida
¿Será positivo, será negativo?
Yo no sé lo que es S.E.R.A.
Miguelito Quintana (Martin Cohen) |
La importancia de la canción, a pesar de su letra tan elemental, reside justamente en eso: en dar apoyo y publicidad a esta iniciativa pionera, que demostraba que la única forma que tenían los boricuas de recibir ayuda era proporcionándola ellos mismos. Ante la pregunta que plantea el coro durante el montuno, aquí la respuesta: sí, la idea fue y sigue siendo positiva. El S.E.R.A. pasó a llamarse Promesa en 1977 y hoy en día forma parte del Acacia Network, una de las organizaciones de ayuda más importantes para los latinos (y no latinos) de Nueva York.
Sangre son colorá es un son montuno que denuncia, a su manera, el racismo y la sensación permanente que tenían los boricuas de ser ciudadanos de segunda, con quejas como a tu servicio estaba sin tener poder, no pude ni hablar, de milagro que me dejan votar. Te pedimos déjanos en paz. La sangre se entiende como el verdadero vínculo de las personas. Gracias a ella todos somos iguales.
Fracaso es la historia -algo mediocre- de la muerte de un ser querido, aunque la letra, que habla de autoridades que cuidan a enfermos, puede prestarse a confusiones. Y como cierre del disco una guaracha, titulada Es tu vida, con ciertas directrices de superación personal, sin caer esas tonterías de la autoayuda. Una especie de búscate la vida que aquí nadie lo va a hacer por ti.
Ernie's Conspiracy fue la mejor producción de La Conspiración, y es una grabación que recomiendo ampliamente. Con el tiempo la orquesta volvería a sufrir nuevas divisiones y un cambio de rumbo hacia sonidos más típicos, y esto hizo diluir ese sello contestatario que la caracterizaba hasta convertirse en una banda más del montón. Su historia podría ser el arquetipo de casi todas las orquestas de salsa neoyorquinas, que tuvieron un buen comienzo pero luego no supieron crecer y amoldarse a las cada vez mayores exigencias de los bailadores. Una pena, de verdad, porque en su momento ofreció una de las propuestas más nítidas y potentes del sonido boricua de Nueva York.
Aclaremos las confusiones: en el Libro de la Salsa, César Miguel Rondón habla maravillas de esta orquesta y, sobre todo, del sonero Miguelito Quintana. Miguelito no solo era bastante mayor que el resto de integrantes de la orquesta -el apodo no es más que una divertida ironía-, sino que tenía un estilo bastante parecido al de Miguelito Cuní. Y por eso Rondón lo dio por cubano. Un cubano, además, que no venía con fama desde Cuba. De hecho, cuando comenzó a grabar con La Conspiración la gente del medio lo miró con suspicacia, porque, a los efectos de Nueva York, cantante cubano que no trajera fama de Cuba, pues no traía nada, escribió César Miguel. El detalle es que Miguelito no era cubano de Cuba, sino que había nacido en Tampa, Florida, hacia 1930 y era hijo -o nieto- de isleños que habían migrado a la región para trabajar en las enormes factorías de enrollado de tabaco que habían sido fundadas a finales del siglo XIX por el español Vicente Martínez Ybor.
Era obvio que no podía traer fama de Cuba porque nunca había cantado allí. Quintana comenzó a sonear en los años 60 (ya con unos 35 años de edad) e incluso aportó su voz en un disco que hizo el boricua Cándido Antomattei con la orquesta de Arsenio Rodríguez a finales de esa década. Y fue justo después que conoció a Ernesto Agosto.
Miguelito dejó La Conspiración hacia 1978 y se incorporó al conjunto Son de la Loma, con el que cantó durante muchos años éxitos del cancionero típico cubano. Fue estrella del sello SAR -aunque grabó poco con ellos- y sus últimos trabajos los hizo con Los soneros de Oriente, con quienes cantó hasta que un derrame cerebral lo postró en cama en 2003. Su muerte se produjo al año siguiente. En realidad, antes que sonero, Miguelito era cartero y se procuró el sustento -como canta en la última canción de Ernie's Conspiracy- confiando solo en su trabajo.
Es tu vida y tú tienes que vivirla, bongó.
Es tu vida y tú tienes que vivirla, bongó.
Miguelito Quintana y La Conspiración,
en una reunión que hicieron en Puerto Rico a comienzos de los años 90.
Tremendo aporte....Gracias por la información Sr Cortiñas.
ResponderBorrarSaludos cordiales estimado Juan Ignacio. Se le agradece por su interés en investigar todo lo relacionado con este género musical que nos apasiona. Coincido con usted en el sentido que la salsa está poco documentada y por eso aún mas resaltante es su permanente aporte por informarnos sobre datos poco conocidos en relación a los discos editados. Le agradecería su ayuda con dos consultas relacionadas con el concierto en el Cheetah: 1)En el tema de apertura de Our Latin Thing aparece en los créditos La Conspiración como participante del concierto. Usted sabe si efectivamente tocaron esa noche (también se menciona a orquesta La Diferente); 2)A parte de las 8 canciones que salieron publicadas en los dos discos que se editaron, usted sabrá si te tocaron temas adicionales la noche de la presentación. Muchas gracias de antemano y reitero mis saludos cordiales.
ResponderBorrarTe soy sincero si te digo que no he visto Our Latin Thing completa... todavía. Voy a buscarla y verla. Igual creo que los créditos de la película sólo se refieren a quienes aparecen en el filme, no en el concierto en el Cheetah.
BorrarTampoco sé si esas fueron todas las canciones que interpretaron esa noche. Apenas pueda encontrar esa información la publicaré aquí.
Saludos y muchas gracias por detenerte a leer el blog.
Muchas gracias por tu respuesta Juan Ignacio. Saludos cordiales.
ResponderBorrarJuan Ignacio,
ResponderBorrarHace poco compré Our latin thing con el DVD y los dos CD's del Cheetah en Amazon. Vale destacar dos cosas: uno, tiene partes de muy mala calidad, donde claramente copiaron imagenes y sonido de un VHS antiguo o algo parecido. Dos, no he podido descubrir la presencia de La Conspiración en ninguna parte del video.
También felizmente te mando una copia del DVD por dropbox o algo si quieres.
Lo último, no conocía este album y que tremenda joya es. Muchísimas gracias por el dato.
Hola, Me interesan esos videos, muchas gracias
BorrarExcelente entrada, el album en cuestión es uno de mis favoritos
ResponderBorrarFelicitaciones por este post que inicia el año 2013 con una de mis orquestas favoritas. Pero a comparación de tu entusiasmo por este excelente disco (de acuerdo, la producción es de primera), prefiero el primero porque considero que plasma la propuesta seminal del maestro Agosto: el nombre de la banda, las líricas, la carátula, la novatería, el padrinazgo de la industria salsera. Y en este punto quiero anotar que considero a estas jóvenes bandas (Conspiración, Diferente, Dicupé, Conquistadora, etc.) como la cantera de Fania. Observemos sino a sus integrantes, quienes luego pasan a formar parte de las bandas con más renombre de Fania. Lo cual es diferente a lo que vivían otras jóvenes orquestas nuyoricans que desarrollaron un sonido urbano más duro y crudo, tales como la Brooklyn Sonuds, Amistad, Dax Pacem, Narváez, La Moderna, Soledad, Dee Jay, Joe Acosta, etc. y que no entraron en la órbita satelital de FANIA.
ResponderBorrarSería bueno que fundamentes tu afirmación de que Miguelito Quintana nació en Miami, pues yo he leído en varios sitios que sí nació en Cuba, específicamente en Guanabacoa, en 1930. Pero quizás la perla más preciada sea saber dónde nació Ernie Agosto.
También te felicito por la fotografía que has colocado, y si la vista no me falla, el primero de la izquierda es justamente Marty Galagarza, quien lideró una banda correcta que, creo, quiso incorporar trombones a la propuesta de Agosto en sus dos primeras producciones. Quizás ese haya sido el motivo de rompimiento entre ambos. Y finalmente, no olvidar que si los dos primeros discos de La Conspiración son excepcionales también se debe al otro genio creativo: Nelson Sánchez, coautor de la mayoría de los temas de esas dos producciones.
Saludos
Víctor Paredes
Lima-Perú
Saludos, Víctor. Encantado de verte de nuevo por aquí.
ResponderBorrarBaso la información de Tampa en una entrevista que le hicieron al último mánager de Miguelito, Roger Barr. El confirma que Quintana nació en Tampa: http://www.buscasalsa.com/Interview-with-Roger-W-BARR?lang=fr
Yo creo que Ernie Agosto es neoyorquino. y que debió ser pana de Willie Colón desde la adolescencia. El compuso algunas de las letras y el español tiene errores gramaticales, propios de una persona que no ha convivido con un idioma, como ocurrió con los nuyoricans y el español. Estaré pendiente a ver si consigo esa información.
De Galagarza sé poco, pero creo que además de las diferencias de sonido, habría un asunto de egos. Por lo que tengo entendido, las divisiones de las bandas eran bastante frecuentes en la época.
Estoy de acuerdo con esas canteras, y por eso trato siempre de traerlas a la luz, para que cada vez más gente las conozca. Eso me permite a mí también aprender.
Saludos!
Reѵіtοl cгeam іѕ far
ResponderBorrarmuch moгe of a preventatіve rathег than a геѕolution.
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Excelente tus aportes y conocimientos...personalemnte soy fanatico de La Conspiración, pero no encuentro por ningún lado el nombre del vocalista de ese trabajo donde está el manicerito y con los pies camino, si pudieras despejar esta duda te estaría inmensamente agradecido
ResponderBorrarCreo que en los créditos del LP tampoco se señala quién es el vocalista, pero algunos señalan que es el propio Ernie Agosto el vocalista. Lo que resulta curioso de este disco es que tenía un staff de músicos muy bueno: Bomberito Zarzuela, Sal Cuevas, Luis "Perico" Ortiz, Papo Vásquez. José Mangual, Louie Romero, etc., pero es el disco de agosto que menos gusta a la fanaticada. En fin.
BorrarEstimado Juan Ignacio, hace unos días volví a ver el primer LP de la Conspiración y, efectivamente, el que está cuasi de espaldas en la foto que has puesto al inicio de este post es Marty Galagarza.
saludos
Lima-Perú
Víctor Paredes
Juan I. Gracias por tus aportes. Me podrías colaborar traduciendo la última frase que pronuncian en ingles en el tema S.E.R.A. (please)
BorrarGracias por el aporte Juan, Ernie´s Conspiracy, es un disco que en mi familia quieren mucho..!!
ResponderBorrarSaludos..!!
Néstor García Dorado
Chorrillos,
Lima - Perú
Hermano que informacion general tan valiosa para todos los que amamos la salsa que queremos que perdure toda la vida es una de mis razones de vida, felicitaciones por ese gran trabajo de investigacion
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