miércoles, 28 de marzo de 2012

Ya no tengo más dinero

El álbum Salsa, publicado por Orchestra Harlow en 1974, está entre los mejores de la expresión salsera. Su principal ariete: La cartera, suele incluirse en cualquier recopilación seria sobre el género. La orquestación es maravillosa, es una de las grabaciones más nítidas de Fania Records -que no se caracterizaba por preocuparse demasiado de ese asunto- y sigue confirmando las maravillas que se podían hacer con esas grabadoras de 16 canales, que parecían lavadoras.
Larry Harlow, a mediados de los años 70                                         (Codigo Music)
El problema de este disco genial -porque lo es- tiene que ver con un truco: Larry Harlow, al que llaman por primera vez judío maravilloso en esta producción, se vio cuestionado no pocas veces por haber sido más que un mero seguidor del cieguito maravilloso, Arsenio Rodríguez, al que terminaría copiando abiertamente. Eso ya lo expresó en una ocasión Graciela, la hermana del gran Machito. Y este disco, aunque muestra unos arreglos maduros, una sonoridad mestiza y una
orquestación que va más allá del formato de conjunto clásico, sigue apoyado con descaro sobre la obra del tresero cubano, al punto que su publicación no llegó a aportar al género salsero ninguna canción novedosa.
Ni una sola.
No deja de ser curioso que se le considere como uno de los grandes discos de la salsa cuando todo su repertorio es originalmente cubano. Y más curioso resulta aún que quienes criticaron abiertamente a Johnny Pacheco por haber copiado la ligereza instrumental de la Sonora Matancera en sus discos, no hiciesen lo mismo con este álbum. Porque, si a ver vamos, lo único nuevo son los arreglos que idearon Larry, José Luis Cruz, Mike Gibson, Eddie Martínez y Sam Burtis, con el fin de barnizar todos esos viejos temas del cancionero del son y, sobre todo, del songbook de Arsenio. Esta recopilación de temas fue realizada por Larry en unión con uno de los mejores coleccionistas de música caribeña que tuvo la ciudad de Nueva York, René López, quien puso a sonar en su picó buena parte de colección de 78s para que Harlow la escuchara. Y decantara.

Para el momento en que se metía a grabar en los Good Vibration Studios, en noviembre de 1973, la orquesta de Harlow estaba bien estructurada, sonaba chévere. Había logrado una buena madurez. La experiencia musical que significó Hommy, esa particular ópera-salsa que aún no termino de tragar, había dado por bueno el matrimonio de orquestaciones mucho más elaboradas con base en un ritmo cubano bastante marcado, muy de tumba y bongó. La vuelta al ruedo del violín, un instrumento básico de la charanga que había quedado al margen ante la presión sonora del trombón y el cambio de ciclo de los big bands neoyorquinos, marcaría también su apropiación por parte de la sonoridad salsera, más con fines melódicos que rítmicos. El mismo año de publicación de este disco, Eddie Palmieri añadiría un violín a su orquesta y, dos años después, Willie Colón y Héctor Lavoe le darían espacio propio en sus arreglos y orquestaciones.
La orquesta contaba con una sección de ritmo comandada por el propio Larry en el piano, Edwin Colón en los timbales, Tony Jiménez en la tumbadora, Pablo Rosario en los bongós, timbales y güiro, Reinaldo Jorge y Lewis Kahn en los trombones (y además el violín), Ralph Castrella y Ralph Maldonado en las trompetas, Charlie Miller también en la trompeta, y además en la flauta y en el fliscorno. Y un enoooorme Eddie guagua Rivera en el bajo (decía Arsenio que, en los conciertos, el bajista tenía que lograr que el bajo cantara, o si no el sonido de la orquesta quedaba cojo. En todo el disco, guagua canta con su bajo que es una maravilla).
La voz la lleva Junior González, que ya se había estrenado en Hommy y demostraba en esta grabación una mayor entrega en el montuno y una compenetración más clara con el resto de los músicos. No sobresale, pero cumple más que bien su cometido. Estas sesiones estuvieron comandadas por el ingeniero de sonido Jon Fausty, que ya había manejado las perillas en Hommy y su trabajo era del agrado de Harlow. Las canciones fueron grabadas en vivo; sólo se hizo overdubbing para añadir el tres, los violines y las voces.
Como invitados a participar en esas dos sesiones del 27 y 28 de noviembre estuvieron Yayo el indio, Adalberto Santiago y Marcelino Guerra en los coros, Harry Vigiano en el tres y la guitarra, Johnny Pacheco en la flauta, y Milton Cardona y Gene Golden en los tambores batá.
Sí, tambores batá. Y estamos en 1973, cuando aún eran sagrados.

El disco empieza con truco, como decíamos más arriba: No quiero, un son capetillo original de Israel Rodríguez -hermano de Arsenio-, se abre paso con el mismo arreglo -exacto- que usó el tresero en la grabación original de 1952. La letra, con un cariz que será habitual en el resto del álbum, tiene interpretaciones rurales y, sobre todo, santeras

Laye laye orovivo
yo no quiero compromiso

Fiera brava, ven
ven a comerme
Fiera brava, ven

Ven, pero ven pronto
Fiera brava, ven, a eliminarme
Fiera brava, ven

Fiera brava, ven
Si es de proteger
yo te lo aseguro: ven a llevarme
si tienes poder

Fiera brava, ven
Pero ven pronto
Pajarillo ven a eliminarme
oye, fiera, ven

El cambio, lo bueno, comienza en el break del montuno: un remanso musical muy bien orquestado, que no es jazz ni funk pero bebe de ellos, con el tres de Vigiano y la flauta de Miller, bailando a dúo, ofreciendo uno de los mejores momentos del disco. Es aquí donde se entiende la remasterización del arreglo que seguramente el mismo Arsenio habría aprobado. Seguramente.
A continuación viene La cartera, otro tema de Arsenio (de nuevo, el truco) con un arreglo inteligentísimo en ritmo charanga, un montuno con diferentes intensidades, un solo de Larry bastante aceptable (él no es ningún virtuoso), otro solo de Castrella, corto y potente, y uno final de Kahn en el violín que es, con probabilidad, el primero de su categoría en toda la historia salsera. Los violines habían sido aparcados de la sonoridad latina después de que pasase de moda ese charanga craze de principios de los 60. Solo sobrevivieron al asunto una o dos orquestas de charanga en toda Nueva York. Por lo tanto, un arreglo así significaba un comeback que fue bien recibido

Se me perdió la cartera
ya no tengo más dinero
ya no tengo más dinero
se me perdió la cartera

Voy a ver a una santera
o a buscar a un buen brujero
ayer boté la cartera, ¡calla!
y perdí los espejuelos

Eso que una espiritista
me mandó un baño de plantas
con gajos de mano santa, ¡Larry!
y gotas de agua bendita

Uno sale de la casa
con el día revirado:
lo que va a pasar le pasa, ¡Tito!
aunque veas al babalao 

Popo pa' mí (también de Arsenio) es otro acercamiento santero con un excepcional contrapunteo entre Castrella y Miller, más un solo no menos fantástico de guagua Rivera que, como se dijo más arriba, pone a cantar al bajo. No hay amigo es un guaguancó estupendo, muy pegadizo, compuesto por el cubano Eliseo Grenet. Dicen que Celia Cruz se lo dio a Junior González en Puerto Rico, asegurándole que iba a ser un éxito. Y Suéltame -también de Israel Rodríguez- es un son montuno lento, pesado, con un solo elegante de Larry y otra improvisación de Castrella estupenda.
Otro gran temazo del disco es El paso de Encarnación, una charanga grabada originalmente por la Orquesta Aragón -de Cuba- que tiene la mejor moña de metales de toda la grabación y luego un solo de Pacheco (que había colgado la flauta en 1964) muy vistoso y efectivo.
Wampo es otro guaguancó que Tito Puente había ya interpretado a comienzos de los años 50 (con la voz del gran Vicentico Valdés),  tiene una gran reminiscencia santera y, una vez más, esa sonoridad arseniana. Cierra el disco Silencio, un viejo guaguancó de la Matancera que Celia ya había popularizado en La Habana en 1954, esta vez con clave de charanga, un tempo más lento ...y el mismo arreglo original, excepto durante el riff de violines y la moña de metales en el montuno.

Quienes están más empapados de información sobre el fenómeno salsero de los años 70 ya habrán leído algunas críticas dedicadas a diversos artistas, como La Lupe y Ricardo Ray, por haber dado espacio en sus discos y conciertos a las creencias religiosas que ellos seguían. Eso sí, ni una palabra sobre los santeros. Y este disco, si se escucha bien, es tan santero como evangélico fue lo grabado por Ricardo y Bobby a partir de 1976.
Debe ser porque esas palabras rituales -omélenko,  por ejemplo, significa verdad y armonía y se suele invocar en presencia de maestros espirituales- suenan bien con unos tamborcitos detrás.
O será tal vez por ese respeto extremo, casi infantil, que la salsa mantuvo con la ruralidad musicalcubana, aunque su enfoque no debiese ser otro que el urbano.
El disco no tiene desperdicio. Parece que los años no le han hecho mella. Su sonido es delicioso -con una que otra fallita producto del directo- y vale su peso en oro.
Aunque se parezca tanto a Arsenio.

· Larry Harlow lo ha sido en varias ocasiones, aunque siempre con tono cordial: el éxito desproporcionado de este disco le causó problemas con Fania Records en general, y con Jerry Masucci -the boss- en particular. El asunto comenzó cuando empezó a recibir noticias de las miles de copias de Salsa que se estaban vendiendo urbi et orbi. Muy contento, fue a la oficina de Jerry para comprobar las cifras y cuando éste le suelta que solo se habían vendido 60.000 ejemplares, Larry arrugó el entrecejo y se fue a buscar a un abogado.
¿La acusación? Nada más y nada menos que fraude contable.
(se me perdió la cartera, ya no tengo más dinero)
El problema de demandar a tu jefe es que luego te lo vas a encontrar todos los días en la oficina. Y a veces se te pueden torcer -con jota- las cosas: parece que Harlow se topó con problemas para producir su nuevo disco, El judío maravilloso. Fania le ponía trabas en todo. Al final no le quedó más remedio que transarse por una compensación económica y dejar a un lado tan penoso asunto.
Y todos contentos.
(Bueno, Masucci más)

·· Otra cosa: hace varios posts en los que nadie aporta un comentario.  Me estoy empezando a poner nervioso... :)



Orchestra Harlow. El paso de Encarnación. 1974  

20 comentarios :

  1. Comentar luego de leer algo tan sabroso, como lo que escribes, equivale a cocinar un sanguchito luego de comerse uno tremenda sopa de costilla con jojotos y casabe.

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  2. Dice un buen amigo mío, palabras más palabras menos, que para un bloguero los comentarios son como agua de mayo: bienvenidos y esperados. :)

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    1. Hola de nuevo Juan, ya me relamí todos tus posts. Te invito con gusto y humildad a mi podcast http://negroartigas.podomatic.com/ a ver que te parece.

      Saludos,

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    2. Le doy un vistazo al podcast. Gracias por enviarme el url y por haber lamido todos los posts, que son más de sesenta! :)

      Saludos.

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  3. Tengo a mi mamá sentada a mi lado alucinando con este post, no pudo abrirlo desde su BB y del tiro borró la app de FB jajaajja.. me manda a decirte que le gusta lo que estas haciendo y que Harlow fue su amor platónico y lo sigue siendo, que muchas gracias por reseñarlo, que aún conserva en vinilo el disco Salsa de cuando salió el primer tiraje de esa producción.
    Yo te leo en silencio, pero en lo adelante, prometo pasar a dejarte un comentario de vez en cuando.
    Un beso de parte mi a y de mi mami.

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  4. Descubrí hace poco tiempo este blog y estoy encantado, felicitaciones! y bueno, aquí sugiero un par de temas de los que me interesa conocer tu opinión: Del periodo más creativo de Willie Colón y sus experimentos sonoros de 1977 hasta 1984 (cuando salió de Fania) momento en el que, acompañado de virtuosos músicos (Sal Cuevas, Joe Torres, Milton Cardona, José Mangual, entre otros) grabó obras maestras (e incluso en un mismo año grababa tres obras maestras), se consolidó como el artista más vendedor de la salsa y llevó al género a audiencias que antes despreciaban a la salsa.

    Y otro tema: Ya que hablas tan bien de Eddie "Guagua" Rivera, me gustaría un posto sobre el gran Salvador "Sal" Cuevas, para mí, el mejor bajista de la salsa y miembro fundamental de la banda de Colón en casi todos sus proyectos (cantando él mismo -Colón-, con Blades, Celia Cruz, Ismael Miranda, Soledad Bravo, etc.).

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  5. Prima: qué bueno que a tu madre le haya gustado el post.

    Chan: a Willie lo estoy dosificando, pero ya irán saliendo más cosas. Me pasa lo mismo con Palmieri, hay que ir soltándolo por gotas.
    Lo de Sal, déjame ponderarlo. Hay tanto por escribir todavía...!

    Saludos :)

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  6. Insisto excelentes articulos... Salsaludos

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  7. Felicidades por tu post de unos de los discos mas populares o el mas popular de Harlow. La Cancion La Cartera la escuchado yo desde que tengo memoria. Era de la coleccion de mi papa de 45rpm la salsa que me encantaba escuchar aunque solo tenia 2 45rpm de salsa de fania (el otro era de Tommy Olivencia - El Negro Chombo). A los años cuando empeze mi coleccion de cds de fania, en la tienda de disco un señor me dice compralo es una joya, le hize caso y lo compre..cuando lo pongo y suena la primera cancion como sono lenta la pase para escuchar la razon porque compre el cd (La Cartera) despues segui pasando las canciones y me acordaba del senor en la tienda de discos y queria partirle el cd en la cabeza..no me gusto para nada..hasta que despues con el tiempo le di otro chance y me gusto mas el cd.
    Mis Favoritas son No Quiero, La Cartera, No Hay Amigo, El paso de Encarnación y Silencio.
    saludos desde Nj
    Dj Ele

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  8. Tremendo aporte brother....para los amantes de la salsa buena, es sumamente agradable saber que personas como tu estudian el tema con verdadera seriedad y ademas comparten su experiencia...Este disco lo compro mi hermano mayor siendo yo un chamito y creo que fue una de los primeros LP que comence a disfrutar de este grandioso genero.....Que viva la Salsa Brava... Salsa Seria. Felicitaciones

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  9. Te admiro por tus análisis, personales, pero bien fundamentados. Mas discrepo con tu entusiasmo con este disco y, subjetividad de mi parte, en general con la obra de Harlow para la historia de la salsa. A mí también me llama la atención que este disco se llame "Salsa" cuando, como bien señalas, los temas y su base rítmica son meramente cubanas. Y sabemos que los cubanos no hacen salsa. No sé, pero más sincera me parece la propuesta de la Típica 73 desde su primer disco que tiene evidentes influencias cubanas y que tendría su máximo tributo a Cuba en el disco "Intercambio Cultural". Para mí, este disco de Harlow no es el mejor ejemplo de esa hibridez musical. Suena bien, nadie lo niega, pero si me dan a escoger entre este o cualquiera de SALSA que salió en esos años, así sea de grupos menores o underground, pues este disco lo guardo para otra ocasión.
    Saludos
    Atentamente,
    Víctor Paredes
    Lima-Perú

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    1. Estimado Víctor.

      El disco es salsero porque la propuesta es salsera, aunque todos los temas provengan del songbook cubano. No hay que olvidar que una de las principales raíces de la salsa es justamente la música afrocubana. La salsa no es más que música afroantillana con una sonoridad y arreglos que se nutrieron de toda la experiencia musical que puede aportar una ciudad como Nueva York.
      Como digo en el texto, el disco tiene truco. Pero no por eso se le pueden negar los estupendos momentos que tiene y, sobre todo, la propuesta en su conjunto, que fue lo mejor que hizo Harlow.
      Con diferencia.

      Muchas gracias por detenerte en el blog. :)
      Saludos

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  10. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

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  11. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

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  12. Critica a Harlow por imitar a Arsenio y los músicos de la tierra del bloguero, están cansados de reencauchar temas del tiempo de este álbum en mención. Por ejemplo; Gerardo Rosales.
    Además no entiendo, primero dice que es una fiel copia, sin virtuosismo, sin entender porque es trabajo representativo y al final escribe que es delicioso. Califica a Harlow de músico mediocre, ¿Con base en qué?

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  13. Saludos, yo le tenía bastante manía a este disco por la pieza "la cartera" y dejaba de prestarle atención, pero escuchándolo de nuevo todo completo, debo reconocer que ha mejorado mi opinión sobre él porque es bueno en su totalidad.

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  14. Gran artículo que le quita mucho el misticismo y los "lentes rosados" con el cual se mira al fenómeno de la salsa. Un disco excelente, eso sí. No se si existe una versión de "No hay amigo" hecha en cuba, quizá salió bajo otro nombre, pero no la he podido encontrar.

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  15. Lamentablemente no he podido encontrar la versión original de Arsenio. Seria interesante de escuchar.

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  16. Me gusto mucho tu artículo sobra Harlow y el disco salsa, mi favorito junto con live in quad. Lo único que no mencionare fue el brutal solo de trompeta de Ray Maldonado en el paso de encarnación... De lo mejor y por el mejor trompetista que dio la salsa

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  17. Saludos, una pena que no hayas podido continuar con este blog, los releo de vez en cuando

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