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jueves, 26 de abril de 2012

La Protesta de Tony Pabón

Tony Pabón es uno de esos músicos nuyoricans que no destacaron en la escena salsera latinoamericana, aunque él en Nueva York llegó a ser seguido y celebrado. Sin embargo, estoy seguro de que todos los que leen este blog han escuchado algunos de sus temas y han disfrutado la forma como enfrentaba la trompeta. Una forma de tocarla que casi le cuesta la vida, por cierto.
Después de haber participado en conjuntos callejeros durante los años 50, Pabón se profesionalizó con las orquestas de Randy Carlos, Orlando Marín y el Sexteto La Playa, y luego estuvo durante varios años con el pianista Pete Rodríguez. En esos tiempos compuso canciones como Micaela e interpretó temazos como I Like it Like That, dos de los principales éxitos de la moda del boogaloo que copó la escena neoyorquina a partir de la segunda mitad de los años 60.
Fueron momentos de mucho éxito económico.
Antonio Pabón, circa 1970
Sin embargo, no todo podía ir suavecito durante tanto tiempo:
Pabón dejó atrás la orquesta de Rodríguez a finales de 1969, cansado de no recibir el reconocimiento a su trabajo y harto de las estructuras mafiosas de los promotores musicales de la época (y de su propio director), que se quedaban con el grueso de lo ganado en los conciertos mientras los músicos recibían apenas una cuarta parte.
Yo levanté un grito y me llevé a unos cuantos músicos de las orquestas famosas de ese tiempo, los cuales estaban sufriendo lo mismo que yo: Cándido Rodríguez, timbalero de Ricardo Ray se fue conmigo; Kenny Gómez (el maestrito), pianista de Willie Colón, y José Mangual Jr. Fundamos una orquesta cooperativa. Yo era el director y ganaba el doble, pero el dinero se repartía en partes iguales, dijo Tony en una ocasión. A esa declaración, sin embargo, hay que ponerle algún pero: Kenny tocó con el trombón de Willie justo después de que éste despidiera

miércoles, 30 de noviembre de 2011

Sock it to me, Joe!

A mediados del año 2000, me parece, fui invitado a una reunión en un bar con aire de irish pub que estaba ubicado en una de las esquinas de Canal St. en su cruce con Broadway, a tiro de piedra de las oficinas de la página web en la que trabajaba. Creo que era el cumpleaños del amigo de un conocido mío, pero no los voy a agobiar con detalles que no interesan. Al bar se llegaba por una escalera de madera, estrecha y empinada. Arriba, las lámparas alumbraban cada una de las mesas haciendo sombra en el resto, el humo del cigarrillo -aún se podía fumar- teñía la atmósfera y escondía entre el smog a las dos mesas de billar. Había varios corros de muchachos, todos de aspecto alternativo. De ese alternativo que solo se ve en Nueva York: mezcla entre rockero, hippie y grunge, pero a la vez con un toque de refinación. O por lo menos así parecía ser todo a comienzos de milenio.
Había también un dj repartiendo música de los años 60: soul de la Motown, rock 'n' roll británico y otras voces deliciosas.
                                                                        Joe Cuba, el de la derecha                                            (Codigo Music)
De repente comenzó a sonar un boogaloo que alertó mis orejas. Por instinto empecé a seguir el tumbao con la cadera, poniendo cara de ¡ja!, este tema me lo sé, y ustedes no, gringolocos. Para mi sorpresa, los gringolocos también comenzó a moverse al ritmo de la clave, como si hubiesen estado bailando esa música toda la vida.

miércoles, 2 de marzo de 2011

Ay mira a Mikaela cómo baila el boogaloo

Lo han pedido ya varias veces. Así que complacemos peticiones, cogemos mínimo, hacemos una pequeña disgresión y entramos en el mundo del boogaloo. Pero por la puerta grande, que por esas fechas hubo también bastante boo que tenía poco de ga y mucho menos de loo, y este movimiento -y experimento- nuyorican merece un poco más de respeto. Por eso, no se me ocurrió nada mejor que introducirlo en el blog con el pianista ·Pete Rodríguez· (no confundir, ¡por favor!, con Pete el conde Rodríguez, excelente cantante boricua pero ni por asomo familiares; de hecho, el uno era blanquito y el otro casi azabache).
Pete produjo dos de las canciones que más sonaron a mediados de los 60: Micaela y I Like It Like That, dos temas que ayudaron a definir los sonidos e intenciones del boogaloo y su hermano pequeño, el shing-a-ling.
Pete Rodríguez y su orquesta, en el teatro Puerto Rico del Bronx
Pero antes conviene echar un cuento sobre el boogaloo, o bugalú, como debería escribirse en español. fue un mix espontáneo, una de esas genialidades que nacieron en las noches musicales de ciudades como Nueva York.
Varios factores entraron en juego para confabularse y crear este ritmo: la avalancha del rock 'n' roll con Los Beatles a la cabeza, el tsunami del soul gracias a los triunfos de la Motown, la muerte prematura de los big bands neoyorquinos cuando cierra en 1966 el Palladium Ballroom de la calle 52, y la necesidad que tenían los jóvenes hispanos del guetto neoyorkino de
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